Entre el tercer y cuarto día, a partir de la Luna Oscura exacta (Hécate 2) la Luna y el Sol se encuentran formando un semisextil (ángulo de 30º), La luna ha empezado a crecer y muestra el primer gajo de luz en el cielo.
El mayor impulso de crecimiento se produce en esta fase, siendo el momento idóneo para poner en marcha un proyecto que queramos desarrollar o para iniciar algo. Es el equivalente, en el ciclo solar, al paso intermedio entre el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera. Esta fase inicia la faceta de Virgen de la Diosa, la Blanca, la Doncella. La deidad asociada con Artemisa griega o la romana Diana.
El periodo de siembra dura tres días, aunque el mejor momento es el primero de esos tres. La acción de sembrar se puede realizar mediante un ritual, una meditación o, simplemente, con una toma de conciencia del ciclo que comienza. Una vez que se comienza a trabajar con las siembras es conveniente completar, al menos, un ciclo de trece lunaciones, es decir, un año lunar completo. La siembra hay que realizarla en cada lunación, no importa si unas veces se hace con un ritual o con una toma de contacto con la lunación que nace.
Al establecer una conexión entre el mundo inconsciente y el consciente desencadenamos un proceso que, con el fluir de los ciclos, se acelera. Ponemos en acción un mecanismo que tenemos que atender y dirigir de forma responsable y consciente. Si esto lo cortáramos sería como abandonar el volante de un coche que hemos puesto en marcha.
Si estás decidid@ a formar parte de este trabajo potente, del que ya somos muchos participando, envíame un mail con la solicitud a (info@morganaluzdeluna.com) y te enviaré la explicación completa del funcionamiento, para que puedas comenzar tu rueda de siembra personal.
Que las bendiciones de la Madre Divina alumbren tu sendero.
