Mabon o el equinoccio de otoño es la fiesta de la Madre Tierra que cae en el hemisferio norte alrededor del 21 de septiembre (Ventana 21 – 23).
El equinoccio de Otoño divide el día y la noche de igual manera y tomamos un momento para dar nuestros respetos a la oscuridad. La Diosa llora a su consorte caído y va abandonando su aspecto de Madre para acercarse a su aspecto de Vieja.
El equinoccio de otoño es la época de las cosechas, de las vendimias, de guardar los cereales, cocer el pan y moler la uva. Es un tiempo sagrado porque produce lo necesario para los duros meses que han de venir. Es buen momento para reflexionar y aprender más sobre las hierbas.
El otoño es un tiempo de reflexión sobre el balance de nuestra vida, comprender como los ciclos se dan naturalmente (nacimiento, crecimiento, muerte y resurrección) y adentrarnos en esta energía que ya necesita renovación. La transición de la estación nos lleva al espacio de nuestros reinos interiores. Pensamos en la cosecha que se está produciendo ahora, de las semillas que se han plantado en el año pasado. Las diosas oscuras susurran invitaciones de descenso, viaje interno y trabajo de sombra. A medida que Gaia se despoja de todo lo que ya no le sirve, su interno nos pide que hagamos lo mismo. Celebra lo que felizmente ha llegado a su manifestación de esas semillas plantadas. Celebramos principalmente la abundancia y el equilibrio. Mira atentamente lo que está estancado y necesita ser liberado.